Teniendo
en cuanta los portafolios observados y el proceso de reflexión que sobre el
portafolio estamos llevando en estos momentos en mi Centro, señalo las ventajas
e inconvenientes (o más bien temores) que detecto:
En
conclusión, a pesar de mis temores, valoro el portafolio como un buen
instrumento educativo, al diferenciarse de otros por su carácter
flexible, ya que puede adaptarse a cualquier grupo y situación y generar
resultados únicos, además es reflexivo, centrado en el proceso y no sólo en los
resultados, y, finalmente, es una herramienta de evaluación capaz de
recoger aspectos que van más allá del currículo.